La conquista de la Copa Davis en diciembre no intuía lo que el destino reservaba a un tenista con problemas de identidad, de confianza en sí mismo y de fe en su tenis.
Djokovic arrancó el año en el tercer puesto del 'ranking'. Por delante, a 2.905 puntos, se mantenía Roger Federer, y en otro planeta, a años luz de distancia, Nadal construía una frontera de 6.240 puntos. Pero el serbio se ha comprado un cohete. 39 triunfos consecutivos en 2011 le han proporcionado siete títulos, entre ellos una Grand Slam (Australia) y cuatro de los cinco primeros Masters 1.000 del calendario (Indian Wells, Miami, Madrid y Roma. Renunció a Montecarlo).
Alcanzados los cinco primeros meses de competición, Nadal ha revalidado el título en Montecarlo, ha recuperado el de Barcelona y salvo en el Abierto de Australia siempre ha disputado la final. Las cuatro derrotas se produjeron ante Djokovic, que nunca le había derrotado en un encuentro por el título ni sobre tierra batida. Este año, en Madrid y Roma -en altura o al nivel del mar-, el aún número uno del mundo no ha sido capaz de sumar un set.
En este tiempo, Djokovic ha tumbado cuatro veces a Nadal, tres a Federer y dos a Murray. Cinco triunfos resueltos antes de la hora, 13 ante raquetas 'top ten', nueve parciales resueltos por 6-0, 14 por 6-1... Así, París le ofrece la corona que busca desde su infancia. A Roland Garros llega con 3.275 puntos de renta sobre Federer y a sólo 405 puntos de Nadal. Así las cosas si Novak Djokovic gana la final del Roland Garros se consagrara por primera vez como numero 1. El mismo Nadal, Federer y la mayoría de los top 10 desde hace mucho tiempo ven a Djokovic como el mejor jugador del mundo hoy en día.
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